Conjuntos de la Filarmónica de Viena
Lu | Ma | Mi | Ju | Vi | Sá | Do |
Programa y reparto
MIÉRCOLES, 9 DE OCTUBRE DE 2024
Luc Mangholz, Flauta
Sebastian Breit, Oboe
Gregor Hinterreiter, Clarinete
Lukas Schmid, Fagot
Manuel Huber, Trompa
PROGRAMA
ALEXANDER ZEMLINSKY
Humoreske. Pieza escolar para quinteto de viento (Rondó)
WOLFGANG AMADEUS MOZART
Adagio en fa menor y Allegro en fa mayor, K. 594 (Fantasía en fa menor). "Pieza para un reloj musical"; versión para conjunto de viento
KARL PILSS
Serenata para quinteto de viento
– Intermedio –
DENES AGAY
Cinco danzas fáciles
PAUL HINDEMITH
Pequeña música de cámara para cinco instrumentos de viento, Op. 24/2
FRANZ DANZI
Quinteto en sol menor, Op. 56/2
MIÉRCOLES, 4 DE DICIEMBRE DE 2024
Rainer Honeck, Violín
Lucas Takeshi Stratmann, Violín
Tobias Lea, Viola
Michael Strasser, Viola
Sebastian Bru, Violonchelo
Philippe Jordan, Piano
PROGRAMA
FELIX MENDELSSOHN BARTHOLDY
Quinteto para dos violines, dos violas y violonchelo en si bemol mayor, Op. 87
– Intermedio –
JOHANNES BRAHMS
Quinteto para piano en fa menor, Op. 34
DOMINGO, 16 DE MARZO DE 2025
Anneleen Lenaerts, Arpa
Yamen Saadi, Violín
Patricia Hood-Koll, Violín
Sebastian Führlinger, Viola
Bernhard Naoki Hedenborg, Violonchelo
PROGRAMA
ALBAN BERG
Suite lírica para cuarteto de cuerdas
EINOJUHANI RAUTAVAARA
Balada para arpa y cuerdas
CLAUDE DEBUSSY
Danzas para arpa y cuerdas
– Intermedio –
CLAUDE DEBUSSY
Sonata para violonchelo
JEAN SIBELIUS
Cuatro piezas para violín y piano, Op. 78
Suite característica para arpa y cuerdas, Op. 100
MIÉRCOLES, 14 DE MAYO DE 2025
Yamen Saadi, Violín
Gregor Hinterreiter, Clarinete
Sophie Dervaux, Fagot
Daniel Schinnerl-Schlaffer, Trompeta
Mark Gaal, Trombón
Erwin Falk, Percusión
Iztok Hrastnik, Contrabajo
Emily Cox, Recitación
PROGRAMA
FRANZ HASENÖHRL
"Till Eulenspiegel, una vez diferente" según el poema sinfónico de Richard Strauss para violín, contrabajo, clarinete, trompa y fagot
– Intermedio –
IGOR STRAVINSKY
La historia del soldado
Musikverein Brahms Hall
Durante muchos años, esta sala fue conocida sólo como "Kleine Musikvereinssaal", hasta que en 1937, en el año del 125 aniversario de la Gesellschaft der Musikfreunde de Viena, se le dio un nombre que refleja verdaderamente su importancia: el Brahms Saal. Johannes Brahms no sólo actuó en persona en esta sala, sino que también fue el autor del primer concierto que ofreció Clara Schumann el 19 de enero de 1870. Los estándares establecidos ese día se han mantenido desde entonces. El Brahms Saal sigue siendo uno de los lugares más preciados para los mejores conjuntos de música de cámara y cantantes de lieder que se presentan en el mundo hoy en día.
Con algo menos de 600 asientos, la sala está diseñada para mostrar los aspectos íntimos de la música clásica. La acústica de la sala está perfectamente adaptada para ello: el Brahms Saal - 32,50 metros de largo, 10,30 metros de ancho y 11 metros de alto - posee un brillo acústico similar al del Große Musikvereinssaal.
Cuando se inauguró el edificio de la Musiverein en 1870, la Kleine Musikvereinssaal fue descrita como un "verdadero cofre del tesoro". Incluso se sugirió que esta sala merecía más elogios y admiración que la Große Musikvereinssaal: "Se podría incluso desear conceder el premio a esta sala por su tranquilidad y su simple grandeza". Está muy claro que el diseño de Theophil Hansen para el Brahms Saal creó una obra maestra arquitectónica del período del Historicismo. Su compromiso con el "Renacimiento griego", evidente en las alusiones del diseño a las Hellas clásicas, hacen de esta sala de conciertos un auténtico templo de la música de cámara.
En 1993, Brahms Saal se sometió a un amplio programa de restauración. El proyecto de restauración consistió en la consulta de los diseños originales realizados en la Sala de Impresión de la Academia de Bellas Artes de Viena. Esto hizo posible reconstruir el esquema de colores original creado por Hansen como arquitecto de la Musikverein: paredes verdes, columnas rojas y el uso liberal del oro.
Cuando el Brahms Saal volvió a abrirse al público en su nueva forma en 1993, un periódico vienés escribió: "Sin querer crear demasiadas expectativas, esta se ha transformado en la sala de conciertos de música de cámara más bella, magnífica y prestigiosa que podemos encontrar en cualquier parte del mundo".